El Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC) lo dejó claro en su informe de agosto de 2021: para mantener el incremento de la temperatura global por debajo de los 1,5º debemos reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero drásticamente en esta década.
Esto significa que la carrera por reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera continúa acelerándose. Y para lograr los objetivos definidos en el Acuerdo de París será necesaria una profunda transformación de la economía y los modelos de negocio de las empresas, tal y como asegura el economista Mark Carney:
“Como hemos visto, conseguir ser “net zero” requiere de una transición completa de la economía: toda compañía, banco, aseguradora o inversora tendrá que ajustar su modelo de negocio”.
En consecuencia, se esperan nuevas regulaciones públicas nacionales, europeas y globales, así como un aumento de los requisitos de sostenibilidad para acceder a la inversión.
Pero algo que puede verse como un riesgo para la competitividad de las compañías es, en realidad, una enorme oportunidad para las empresas que comiencen a trabajar para alcanzar la neutralidad de carbono.
Esta opinión la comparte, entre otros, Severiano Solana, director de seguimiento y estrategia de sostenibilidad de CaixaBank:
"La sostenibilidad representa una gran oportunidad para la transformación de la economía y el modelo productivo y energético de este país."
En esa misma línea, Patricia Reverter, socia de sostenibilidad de KPMG concluye que apostar por la sostenibilidad trae beneficios desde varios ángulos de negocio:
"Las iniciativas sostenibles generan ventajas competitivas desde el punto de vista de negocio, atracción de talentoy acceso a financiación."
Los tres actores clave para la competitividad que esperan mejoras de las empresas en neutralidad de carbono
Hay tres grupos de interés clave que esperan que las empresas den pasos firmes para combatir el cambio climático neutralizando sus emisiones.
Y que, aún más importante, no apoyarán a aquellas que no lo hagan.
Organismos reguladores:
Por un lado, están los organismos reguladores, que pueden actuar en los siguientes frentes:
- Subida del precio de emisiones de carbono.
- Aumento de las regulaciones industriales.
- Freno a los subsidios y ayudas para empresas contaminantes.
- Implementación de estándares de emisiones más estrictos.
En Europa ya se ha puesto en marcha el Pacto Verde Europeo (European Green Deal), financiado con el presupuesto de la UE y parte de los fondos NextGenerationEU, que tiene como objetivo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 55% para el año 2030, en comparación con los niveles de 1990.
Para lograrlo, la Comisión Europea aprobó la propuesta del paquete de medidas Objetivo 55 (Fit for 55), que incluye normas acerca del régimen de comercio de derechos de emisión, la fiscalidad energética o los objetivos de reducción de emisiones.
Las medidas entrarán en vigor, tras pasar por la revisión de los estados miembros, una vez que el Parlamento y el Consejo Europeo las refrenden.
Inversores:
Pero no solo los organismos reguladores están empujando a las empresas a adoptar planes ambiciosos de neutralidad climática.
Tres años seguidos lleva Larry Fink, CEO y fundador de BlackRock, diciéndolo alto y claro: la sostenibilidad es un activo de negocio imprescindible para las empresas que quieran sobrevivir y aumentar sus beneficios en los próximos años.
La última vez en su carta a los accionistas de 2022: “Toda compañía e industria será transformada por la transición a un mundo net zero. La pregunta es: ¿liderarás o serás liderado?”
Además, también expone cómo esa carrera global hacia la neutralidad climática ha impulsado las inversiones sostenibles, resaltando que en los últimos dos años ese tipo de inversión ha alcanzado los 4 trillones de dólares.
“Toda compañía e industria será transformada por la transición a un mundo net zero. La pregunta es: ¿liderarás o serás liderado?”.
Otro ejemplo de la creciente importancia de la sostenibilidad para las compañías inversoras es la iniciativa Climate Action 100+, una plataforma de más de 615 inversores globales con una cartera de 60 trillones de dólares en activos de inversión destinada a que las grandes compañías emisoras tomen acción frente al cambio climático.
No están solos. Según un reciente informe de PWC el 79% de los inversores consideran los riesgos y oportunidades relacionados con la ESG en su proceso de toma de decisiones, y el 49% vendería su inversión si una compañía no realiza esfuerzos en este sentido.
Y, por supuesto, también están los grandes bancos, que están adoptando estrategias como el Negative Screening, que excluye de la inversión a compañías no alineadas con estándares sociales, éticos o medioambientales, o la inversión temática, que prioriza proyectos con impacto positivo.
Clientes:
Los clientes de las compañías son, en último término, quienes deciden su éxito. Y en los últimos años apuestan por empresas que están alineadas con sus valores y que comparten su visión de futuro.
De hecho, según una encuesta reciente, el 89% de las personas piensan que las empresas deberían hacer más por reducir su huella de carbono y el 88% opinan que la sostenibilidad debería ser una práctica de negocio estándar.
Esto es especialmente claro en el caso de las empresas B2C, que pueden enfrentarse a potentes crisis de reputación si no toman medidas para combatir el cambio climático.
Pero también es esencial para las compañías B2B.
Y es que, cada vez más, las empresas querrán neutralizar sus emisiones debido a las presiones de regulación, inversión y clientela, así que también exigirán a sus compañías proveedoras los mismos estándares.
Sobre todo, porque las emisiones de las empresas proveedoras se contabilizan dentro de la huella de carbono de la empresa que contrata sus servicios (son las emisiones de alcance 3 que te describimos en este artículo).
El coste competitivo de no actuar
Una quinta parte de las compañías más grandes del mundo ya se han comprometido a alcanzar la neutralidad climática.
Y no solo eso, según la consultora Roland Berger, el número de compañías que están revelando su huella de carbono ha crecido hasta representar más de un 50% de la capitalización del mercado global.
Y es que no actuar para frenar el cambio climático tiene un coste mayor para las empresas que tomar medidas.
Porque las compañías que no establezcan objetivos de neutralidad de carbono en los próximos años se enfrentarán a una pérdida radical de competitividad, reflejada en aspectos como:
- Reducción de los beneficios.
- Ralentización del crecimiento.
- Dificultades de atracción de inversión.
- Presión reguladora.
- Descenso de la demanda.
- Pérdida de posicionamiento en el mercado.
- Aumento de los costes.
Cómo asegurar la competitividad de tu empresa gracias a la neutralidad de carbono
Como has visto, establecer objetivos de neutralidad climática para tu compañía y crear un plan para conseguirlo es esencial para mantener su competitividad.
En Trinoa te ayudamos a conseguirlo acompañándote en los tres pasos para lograr la neutralidad de carbono: medir tu huella, reducir tus emisiones y compensar aquellas que sea imposible mitigar con proyectos de reforestación en España.