La Ley Net Zero es una iniciativa derivada del Plan Industrial del Pacto Verde de la Unión Europea cuyo objetivo es ampliar la fabricación de tecnologías limpias en la UE. Esto implica aumentar la capacidad de la Unión Europea para apoyar la transición hacia una energía limpia, y que, de esta forma, se liberen en su funcionamiento emisiones de gases de efecto invernadero en niveles extremadamente bajos, nulos o negativos.
El objetivo es que la capacidad de fabricación estratégica global de tecnologías de cero emisiones netas de la Unión se aproxime o alcance al menos el 40 % de las necesidades anuales de aquí a 2030. Esto acelerará los avances hacia los objetivos climáticos y energéticos de la UE para 2030 y la transición hacia la neutralidad climática de aquí a 2050. De forma directa, esta iniciativa impulsará la competitividad de la industria de la UE, creará puestos de trabajo de calidad y apoyará los esfuerzos de la Unión Europea por ser independiente desde el punto de vista energético.
La ley también simplifica el marco regulador para la fabricación de estas tecnologías, creando un entorno proclive a aumentar la competitividad de la industria de tecnologías de cero emisiones netas en Europa y también a acelerar la capacidad de almacenamiento de emisiones de CO2.
Dentro de esta normativa se contemplan tecnologías que contribuirán significativamente a la descarbonización, apoyando las tecnologías estratégicas de cero emisiones netas que están disponibles en el mercado y que tienen un buen potencial de expansión a gran escala.
El 6 de febrero de 2024, el Parlamento Europeo y el Consejo alcanzaron un acuerdo político en relación con la Ley Net Zero. Una vez adoptada formalmente, la Ley entrará en vigor.
Qué propone la Ley Net Zero
Con el objetivo de fomentar la inversión en tecnologías de emisiones netas cero, la legislación propuesta abarca los siguientes puntos:
- Identificación de proyectos estratégicos: se priorizarán proyectos fundamentales para fortalecer la resiliencia y la competitividad de la industria de la Unión Europea en cuanto a emisiones netas cero.
- Simplificación administrativa: se reducirá la carga burocrática para el desarrollo de proyectos de fabricación con emisiones netas cero, implementando procedimientos de autorización más ágiles y simples. Esta medida se enfoca especialmente en proyectos estratégicos que se beneficiarán de una autorización más rápida, con el fin de mejorar la seguridad en la planificación e inversión.
- Promoción de la captura y almacenamiento de CO2: se respaldarán proyectos de captura y almacenamiento de carbono, especialmente mediante la mejora de la disponibilidad de sitios de almacenamiento de CO2.
- Atracción de inversiones: se buscará atraer inversiones a través de la Plataforma Europea de Emisiones Netas Cero y el Banco Europeo del Hidrógeno.
- Facilitación del acceso a los mercados: se impulsará la demanda de energías renovables mediante la aplicación de criterios de sostenibilidad y resiliencia en los procesos de contratación pública y subastas.
- Fomento de la innovación: se establecerán entornos de prueba controlados para contribuir al desarrollo y prueba de tecnologías innovadoras de emisiones netas cero, así como para crear condiciones equitativas de competencia para la innovación.
- Mejora de capacidades: se crearán Academias para una Industria de cero emisiones respaldadas y supervisadas por la Plataforma Europea de Emisiones Netas Cero, las cuales ofrecerán formación y educación sobre tecnologías de emisiones netas cero y contribuirán a la creación de empleos de calidad.
Tecnologías clave dentro de la Ley Net Zero
La demanda de tecnologías limpias está creciendo en Europa y en todo el mundo, y la UE necesita actuar para asegurarse de que puede satisfacer una mayor parte de esta demanda con la oferta europea. La legislación propuesta aborda tecnologías que harán una contribución significativa a la descarbonización. Estas tecnologías incluyen:
- Tecnologías solar fotovoltaica y solar térmica: la tecnología fotovoltaica convierte la luz solar directamente en electricidad mediante el uso de paneles solares, mientras que la solar térmica aprovecha el calor del sol para generar electricidad o para calentar agua y espacios.
- Tecnologías eólicas, terrestres y renovables marinas: estas tecnologías aprovechan la fuerza del viento para generar electricidad de manera limpia y eficiente, contribuyendo así a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y la dependencia de los combustibles fósiles.
- Tecnologías de batería/almacenamiento: estas tecnologías permiten almacenar la energía generada por fuentes renovables, como la solar y la eólica, para su uso posterior cuando la demanda es alta o cuando las condiciones climáticas no son favorables para la generación de energía.
- Bombas de calor y tecnologías de energía geotérmica: las bombas de calor y las tecnologías de energía geotérmica son sistemas innovadores que aprovechan el calor del suelo o del agua subterránea para proporcionar calefacción, refrigeración y agua caliente de manera eficiente y sostenible. Estas tecnologías son especialmente beneficiosas porque pueden funcionar durante todo el año, independientemente de las condiciones climáticas externas.
- Electrolizadores y celdas de combustible: los electrolizadores y las celdas de combustible son componentes esenciales en el desarrollo y la implementación de una economía del hidrógeno, una visión futurista que busca aprovechar este elemento como una fuente de energía limpia y sostenible.
- Tecnologías sostenibles de biogás/biometano: estas tecnologías aprovechan la descomposición anaeróbica de la materia orgánica para producir biogás, una mezcla de metano y dióxido de carbono, que luego puede ser purificado y convertido en biometano, un combustible de alta calidad con aplicaciones diversas.
- Tecnologías de captura y almacenamiento de carbono (CCS): estas tecnologías implican tres etapas principales: captura, transporte y almacenamiento.
- Captura: durante esta etapa, el CO₂ es separado de los gases de combustión, ya sea en instalaciones industriales como centrales eléctricas o directamente del aire. Existen diferentes métodos de captura, incluyendo la captura precombustión, la captura poscombustión y la captura oxy-combustión, cada una adaptada a diferentes tipos de instalaciones y procesos.
- Transporte: una vez capturado, el CO₂ debe ser transportado desde el punto de captura hasta el sitio de almacenamiento. Esto generalmente se realiza a través de tuberías o, en algunos casos, mediante transporte marítimo o ferroviario. El transporte eficiente y seguro del CO₂ es crucial para el éxito de los proyectos de CCS.
- Almacenamiento: en esta etapa final, el CO₂ capturado se inyecta y se almacena de forma segura en formaciones geológicas subterráneas, como antiguos yacimientos de petróleo y gas agotados, reservorios salinos profundos o formaciones de carbón no explotadas. El CO₂ se almacena a presiones y temperaturas que lo mantienen en estado supercrítico o en forma de gas disuelto, evitando así su liberación a la atmósfera.
Las tecnologías de CCS son consideradas una herramienta importante para reducir las emisiones de CO₂ en sectores donde la descarbonización completa es difícil o costosa, como la industria pesada, la producción de cemento y acero, y la generación de energía a partir de combustibles fósiles.
Estas tecnologías identificadas en el anexo del Reglamento recibirán un apoyo especial y están sujetas a la referencia de producción nacional del 40%.
Las medidas incluidas en la Ley también apoyan otras tecnologías de cero emisiones netas, como por ejemplo:
- Combustibles alternativos sostenibles
- Las tecnologías avanzadas de producción de energía a partir de procesos nucleares con un mínimo de residuos del ciclo del combustible
- Los reactores modulares pequeños
- Los combustibles conexos con mejor rendimiento.